La secesión de
la mayoría de los estados sureños de los Estados Unidos en el siglo XIX es consecuencia
de muchos factores entre los que destacan la dualidad económica entre un Sur
agrario y un Norte que se había ido industrializando con el paso del tiempo, el
aumento del poder federal que iba en contra de los defensores de los derechos
de los estados y la esclavitud, causa más conocida y que diferenciaba a las dos
partes de país.
La esclavitud
tenía según la constitución de los EE.UU. un carácter temporal y había sido
causa de tensiones permanentes desde el inicio de la República Federal. Había
defensores de la abolición de la esclavitud, como lo fue John Brown que se
dedicó a promover acciones violentas contra los esclavistas, lo que molestó
mucho a los sureños a pesar de que fue condenado a la horca. La ejecución de
John Brown supuso que muchos lo considerasen un mártir y aumentara la
crispación y la intolerancia hacia el Sur.
En los partidos
políticos se veían la división que existía en el país, puesto que en la
Convención Nacional Demócrata de 1860 celebrada en Charleston se adoptó la
postura de la minoría norteña como programa demócrata, lo que supuso el
abandono de la delegación de Alabama, y de la mayoría de Carolina del Sur,
Florida, Georgia, Arkansas y la Louisiana. Este hecho fue muy insensato, ya que
un presidente demócrata defendería la esclavitud, mientras que con un partido
dividido la elección de un presidente demócrata era imposible. En la síguete
convención demócrata celebrada en Baltimore se discutió si se debía readmitir a
los que se habían separado y se optó por no readmitirlos, lo que llevó a una
nueva escisión. Los republicanos eran ya un partido del Norte que defendía
acabar con la esclavitud y su candidato fue Lincoln que ganó las elecciones por
amplia mayoría aunque sin los votos sureños.
Era conocido que
de ser elegido Lincoln Carolina del Sur se separaría de la Unión, por ello al
conocerse la elección del republicano la legislatura de Carolina del Sur reunió
una Convención Estatal el 20 de diciembre de 1860 en Charleston que adoptó
unánimemente la secesión, en un comunicado que decía: “La Unión existente entre
Carolina del Sur y otros Estados bajo el nombre de “Los Estados Unidos de
América del Norte” queda con esto disuelta”. Este hecho tenía como precedente
la crisis de la “anulación” en tiempos de Jackson, pero en esa ocasión se
consiguió no romper la Unión.
Había en los
demás estados sureños una gran corriente antiseparatista con personas
destacadas como Jefferson David que querían dar un voto de confianza al
presidente Lincoln. Fuera de Carolina del Sur los sectores más partidarios de
la secesión fueron los pequeños plantadores, abogados, políticos provincianos,
periodistas y clérigos.
Mssissippi,
Florida y Alabama adoptaron por la secesión, dejando a Georgia en una situación
muy complicada, ya que sería una isla unionista entre estados separatistas. El
19 de enero de 1861 Georgia decidió separarse. Para febrero de 1961 se habían
separado Luisiana y Texas, con la oposición de San Houston que sería destituido
del puesto de gobernador por no jurar lealtad a la Confederación.
El 4 de febrero
de ese mismo año se reunieron delegados de los siete estados independizados en
Montgomery y llegaron a un acuerdo para formar una Confederación de estados
independientes, que fue creada el 8 de febrero. Al día siguiente el congreso de
los Estados Confederados de América eligió a Jefferson David como presidente
provisional (en su discurso de investidura no habló de la esclavitud, sino de
los derechos de los estados) y a A. H. Stiphens como vicepresidente. Se
procedió posteriormente a la elaboración de una constitución.
El Norte pidió
que se aboliera la esclavitud en los estados que fueran incorporados en
adelante.
Los estados del
bajo sur se habían declarados independiente, según ellos, por los agravios del
norte respecto a la esclavitud, aunque defender esta institución era más fácil
hacerla desde la Unión, ya que nunca podría haber sido aprobada la abolición
sin el voto sureño.
Entre la
elección de Lincoln y su toma de posesión trascurrieron cuatro meses en los que
se creó la Confederación y estuvo como presidente Buchanan. Buchanan tenía el
poder para defender la propiedad federal como lo había tenido el presidente
Jackson en 1832, pero no hizo nada. Buchanan tuvo que hacer frente a una
situación muy complicada, ya que la ciudad de Washington se encontraba en el
Sur y había separatistas en todo el sistema federal y el gobierno federal
parecía estar disolviéndose.
Los esclavos
fugitivos, el ajuste de la deuda nacional y la posibilidad de que otros estados
se separasen de la Unión eran problemas más que importantes que sólo serían
resueltos con la guerra. En Carolina del
Sur el destacamento federal del general Anderson abandonó el puerto de
Charleston para situarse en la isla fortificada de Fort Sumter que dominaba la
entrada al puerto. A esta fortaleza se enviaron 200 hombres, armas y municiones
en un barco de pasajeros que tuvo que retirarse rápidamente tras ser atacado
desde un fuerte que enarbolaba la bandera de Virginia. Ante este ataque el
presidente Buchanan no hizo nada, ya que esperaba movimientos de transacción
que pudieran triunfar.
El senador John
J. Crittenden, de Kentucky, propuso extender la antigua línea 36º 30´ entre los
estados libres y los estados esclavistas hasta California a lo que los
republicanos se mostraron favorables si los ciudadanos lo deseaban así.
Se convocó una
Convención de Paz por parte de la legislatura de Virginia que no llegó a ningún
éxito debido a la intransigencia sureña, ya que ni siquiera la propuesta del
“nunca jamás” por la cual ni una ley ni ninguna enmienda constitucional podría
hacer que el Congreso Nacional se inmiscuyese en los asuntos de la esclavitud.
En el momento en
el que Lincoln tomó posesión de su cargo sólo quedaban dos fuertes federales en
territorio confederado, Fort Pickens en Pensacola y Fort Sumter en Charleston;
ya que Buchanan había rehusado defender los fuertes federales en territorio
secesionista. Desde el punto de vista del Sur, estos fuertes pasaban con la
secesión a ser partes de los estados. Una comisión confederada fue a Washington
a negociar la entrega de los fuertes, lo que fue contestado con un no
recibimiento de la delegación, aunque se les dio a entender que no se les
mandarían víveres.
Seward fue el
principal rival de Lincoln para la candidatura a la presidencia y el político
más experimentado del partido republicano, que pensaba que la secesión era un
pretexto para conseguir concesiones a los derechos del Sur. Este hombre pensaba
que de no llegar a una confrontación bélica el Sur regresaría discretamente a
la Unión.
El mayor
Anderson manifestó que se estaba quedando sin víveres y que necesitaba ser
abastecido. De hacerse esto la Confederación lo tomaría como un hecho hostil y
podría declarar la guerra, por ello cinco de los siete miembros del gabinete de
Lincoln optaron por no abastecerlo. Lincoln aplazó esta decisión esperando ver
cual iba a ser la postura de Virginia, un estado que poseía a los mejores
oficiales del ejército y si ésta se separaba iría con ella Carolina del Norte y
otros estados.
Virginia mostró
su unionismo en 1860, pero el unionismo que entendía este estado era la
asociación voluntaria que podría ser disuelta a voluntad de cada estado.
Delegados de Virginia fueron a Washington a pedirle a Lincoln que abandonase
Fort Sumter, lo que hizo ver al presidente que Virginia entraría en la
Confederación tarde o temprano. Por ello Lincoln decidió reforzar Fort Sumter.
Seward presentó
al presidente un documento titulado “Ideas sometidas a consideración del
Presidente”. La más asombrosa idea que contenía el documento era la de provocar
un conflicto bélico con España, Francia y posiblemente con Rusia y con Gran
Bretaña como medio de unir al Norte y al Sur nuevamente, además se nombraría a
Seward como primer ministro para organizar esta política. Obviamente esto no
fue tomado a consideración.
Jefferson David,
preocupado por un consejo dividido, ordenó abrir fuego contra Sumter si era
completamente necesario para evitar la llegada de refuerzos. A las cuatro y
media de la mañana del 12 de abril de 1861 el ejército confederado abrió fuego
contra Fort Sumter, algo que fue realizado por la iniciativa propia de los oficiales
del ejército confederado, ya que una rendición del fuerte habría hecho perder
una ocasión para iniciar la guerra, puesto que se pensaba que Jefferson David
pactaría con Seward. Ante estos
hechos quedaba la guerra declarada y Lincoln pidió unos 75.000 voluntarios para
someter a los que se consideraba rebeldes. Se pidió este número porque no era
posible ejercer la ley con los medios de los que se disponía.
Ante este hecho
Virginia se separó de la Unión sin la decisión directa del pueblo y se puso a las
órdenes de la Confederación que puso su capital en ese estado, en la ciudad de
Richmond. La parte occidental del estado permaneció fiel a la Unión, creándose
en 1863 el estado de Virginia Occidental separado del estado de Virginia.
Carolina del Norte se había mostrado fiel a la Unión, pero ante estos hechos
decidió la secesión y el 20 de mayo ratificó la constitución confederada.
La postura de
Maryland sería decisiva, puesto que de separarse, Washington, sería una isla
unionista en un mar confederado, pero este estado no se separó. Kentucky a
pesar de ser un estado sureño permaneció fiel a la Unión. El caso de Missouri
fue más complejo, ya que estuvo dividida por los dos bandos. California y
Delaware mantuvieron su fidelidad a la Unión y los indios del Territorio Indio,
en su mayoría esclavistas, unieron su suerte al Sur.
Muchos de los
defensores de la secesión fueron partidarios de la supremacía del hombre blanco
y entendían que la llamada a la coerción era ilegal, puesto que los estados
tenían derecho a separarse. La mayoría de la
gente se unió a sus vecinos y no tanto a sus ideas, aunque hubo millares de
personas que no lo hicieron y muchos de la marina de la Unión habían nacido y
se habían criado en los estados separatistas pero lucharon a favor del gobierno
de los EE.UU. Con la caída de
Fort Sumter comenzó una guerra muy cruenta que se resolvió a favor de la Unión,
desapareciendo con ello la Confederación y además se imponía la vuelta a los
EE.UU. de los estados separatistas, aunque en un principio pasaron por un
gobierno de transición. El fin de la guerra no llevó a una guerra de
guerrillas, aunque si aparecieron residuos racistas en el sur que decían ser
continuadores de la guerra. Los castigos al Sur no fueron tan duros como cabía
de esperarse y la prosperidad volvió al país acompañada de una
industrialización de la zona sureña.
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